Al final, nos fuimos de vacaciones. No donde habíamos pensado, pero nos fuimos. En tres tandas, cada una un poquito más lejos por si había que volver corriendo. Y hubo que volver corriendo. Pero a pesar de todo, hicimos la tira de kilómetros, en coche y a pie, subimos siete mil cuestas y vimos cientos de piedras labradas, comimos pato pero también otras cosas y confirmamos que nos gusta más la longaniza de Graus que la de Vic y que el café es igual de malo en cualquier lugar de Francia. Y lo pasamos bien. Muy bien.
Los viajes han dejado muchas fotos e historias que iré contando, pero entre todos los lugares, hay uno que me emocionó especialmente. Es Conques, en Midi Pyrénées. Y ahora vereis por qué:
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4 comentarios:
Que bonitas fotos. Bienvenida a la rutina.
Beso!
Me alegra que estes de nuevo aquí, te he echado de menos.
Besos Porras
hala, qué sitio más chulo!!!!
yo me voy a la zona pirenaica este septiembre, pero con bodorrio de por medio y no creo que pueda visitar mucho... jo!
un beso.
El año pasado visité por primera vez los Pirineos y volví enamorada de ellos... me alegra hayas disfrutado... besos
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