Si hay algo que me toca las narices últimamente es el "buenrrollismo" profesional y los libros de autoayuda aplicados a la empresa. Confieso que estoy algo quemada porque de nuevo, y tras el parón bendito del verano, me veo obligada a invertir mis tardes de martes en un master de recursos humanos y/o gestión de personal que me pone de los nervios.
La idea, en principio, no sería mala a no ser porque este curso que comparto con el resto de cargos de la empresa se ha ido convirtiendo en una especie de reuniones tipo "alcohólicos anónimos" en el que la profesora suelta una frase "buenrrollista" tipo Coelho y nosotros nos dedicamos a divagar un par de horas. Eso, cuando no nos tiramos toda la tarde montando una figura con piezas de Lego para estudiar la dinámica de grupos. Yo, os podeis imaginar, siempre soy la desmotivada de equipo. Lo peor, que cuando sales tienes en la mesa esperando el trabajo que no has hecho por perder el tiempo en chorradas.
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Total, que después de tropecientas horas perdidas/invertidas en el tema, lo único que he sacado en claro es que hay que ser "proactivos" con los miembros del equipo que ahora se llaman "colaboradores" y facilitar su desarrollo personal en un ambiente de armonía. Joder. Bueno, eso y la sospecha de que la profesora tiene el curso preparado de antemano y le da igual que seamos importadores de pescado o pilotos militares. Un ejemplo: el día de "Mejorar la gestión del tiempo" nos recomendaba limitar exclusivamente y sin excepciones a 30 minutos al día el tiempo para mirar el correo electrónico y devolver llamadas telefónicas. Afortunadamente alguien tuvo la amabilidad de recordarle que trabajamos en un medio de comunicación y no en una fábrica de bombillas.
.El caso es que ayer alguien sacó en clase el asunto "France Telecom". Para el que no lo sepa, en poco más de un año y desde que la empresa anunció traslados, son ya 23 los trabajadores de la firma que se han quitado la vida y otros 13 los que lo han intentado. El último de los suicidios tuvo lugar el pasado viernes, cuando una mujer de 32 años se arrojó por la ventana de su oficina en París. Días antes, un hombre de 49 años se clavó un cuchillo en el estómago durante una reunión en la que le fue comunicado que iba a ser trasladado. En fin, una salvajada, sobre todo si tenemos en cuenta que la empresa ha esperado a que hya 23 muertos antes de tomar medidas.
.Alucinante.
Pero lo más alucinante de todo fue observar las reacciones de los 16 que estabamos en esa sala. Un par soltaron chistes que la mitad rieron con ganas. Otro le echó la culpa a la "flojera de caracter de los suicidas" y generó un debate sobre la mejor forma de terminar con la vida y un tercero expuso su teoría sobre la movilidad profesional. La profesora aportó que las relaciones laborales no siempre son una ciencia exacta. 23 muertos.
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23 muertos.
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Alucinante.
3 comentarios:
Lo alucinante es que haya personas que se rian de los suicidas... :-(
Y tanto que es alucinante :( Bueno, regreso después de algún tiempo a dejar comentarios, aunque nunca haya dejado de seguirte (por algo te tengo en mi lista de blogs)y por aquí seguiré ya que tienes un blog muy interesante.
Enhorabuena!
Un cordial abrazo,
Jezabel.
Pues si, alucinante!. Hay gente que está en el mundo, porque tiene que haber de tó!.
En fin...
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