Pues sí, yo soy de las que militan en el bando de los numeritos románticos. No solo no me importa reconocerlo sino que incluso, llegado el caso, hago bandera. Porque no es suficiente tener a alguien al lado que te bese cada mañana y te arrope al llegar la noche. No. De vez en cuando, nos gusta un buen numerito que nos despeje, nos estremezca y nos provoque de nuevo ese subidón del principio de las relaciones, cuando todo es nuevo y distinto, cuando no se puede dar nada por supuesto.
Lo malo es que al cabo del tiempo he llegado a lo conclusión de que a la mayoría de los hombres les falta ese resorte. O lo que es peor, solo se les dispara cuando lo dice El Corte Inglés o cuando saben que han metido la pata hasta el fondo, de manera que según ves llegar el camión de la floristería empiezas a temblar pensando en lo que habrá hecho para estar tan arrepentido.
No me gustan los San Valentines, ni los aniversarios, ni las fiestas de guardar. O como dice Sabina, "Yo no quiero un amor civilizado..." A mi me gustan los besos a deshora, las cenas románticas un martes cualquiera, los viajes sorpresa, los regalos porque sí.
¿Por qué tenemos que esperar a irnos de viaje para disfrutar de una noche en una habitación de hotel? ¿Por qué si alguien te quiere no puede comprarte flores un dia cualquiera? ¿Por qué nos llamamos tan poco simplemente para decirnos "te quiero"? ¿Por qué un regalo tiene que entregarse solo en cumpleaños o navidad???
5 comentarios:
Quizás ocurre porque no somos capaces de meternos en la piel del otro, porque no llegamos a conocer la profundidad, la altura y la anchura de su intimidad.
Porque actuamos como cazadores, poniendo señuelos hasta que la presa cae y luego... ya la cobré, ya no necesito más.
por supuesto que un "te quiero" cuando menos se espera es cuando nos llega al fondo del alma y si la rutina a veces tiene de bueno que indica que "no pasa nada malo", deberia estar aderezada de cuando en cuando por algún imprevisto "martes mágico"
un abrazo
di que sí!!
así debería ser. la rutina nos hace priorizar el trabajo, la ropa de planchar y las miles de cosas que hacer... pero a veces un simple "te quiero"o "qué ganas tenía hoy de verte" le hacen a uno saltar el corazoncillo.
un beso.
Porque somos animales de costumbres, además de perezosos.
En vez de pensar en el hoy esperamos a que llegue el mañana que será mucho más fácil.
Para que hacer hoy un detalle aunque sea una simple invitación a tomar un bocadillo en una terraza con un beso y un te quiero... si podemos esperar unos meses más y le doy un regalo supermegaguaydelamuerte en su cumpleaños??
Pero hasta entonces seguiré mirandome solo a mi y a mis cosas.
Ainsss.
Pues tienes razón, más que un santo.
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