Viernes 28
Con tanto viaje y tanto tute esta semana, llego al viernes a las 15h hecha un trapo. FHMP me recoje y nos vamos a casa con la promesa de siesta y vagueo. Ni de coña. Se empeña en que tengo que ver el IPad con mis propios ojos y me arrastra a la FNAC. Mientras el se lo mira, yo me doy una vuelta por otras tiendas y termino comprando unos pantalones, dos camisetas, un pañuelo de flores (P., el que vimos juntas, al final volvi a por él) y un cinturón. Y libros, un motón de libros.
En mi vuelta por al FNAC me llevo el susto de mi vida. Los tebeos de Esther que leíamos las niñas que nacimos en los 70, recauchutados, a 18 euracos (eso son tres mil pelas!!!!!) y con Esther montándoselo con Juanito. Lo nunca visto. Casi casi, como aquella madrugada que llegué a casa a las tantas y haciendo zapping mientras me bajaban las copas me encontré a Candy-Candy montándoselo a la vez con tres tíos... Luego ya me enteré que es una línea del manga con nombre y todo....
Claro, luego lo pienso y según vienen las niñas ahora raro sería que alguna gastara lo que le cuestan tres camisetas en Mango por ver a la pavisosa de Esther suspirando por Juanito. Los editores que son muy listos, habrán pensado, vamos a venderselos a las nostálgicas de entonces, que apoquinen que tienen pasta y para darles un poco de marcha que vean que por fin, termina beneficiándoselo.
El caso es que la tarde sale provechosa y encuentro un título de Ramino Pinilla que ni sabía que existía y compro por fin "El cerebro de Kenedy" de Mankel. De vuelta a casa termino de colocar los trastos en la estanterìa que compré en IKEA para el baño y repaso una vez más los armarios para confirmar lo que ya temía: que o están en el pueblo o en la mudanza perdí media docena de pares de sandalias de verano.
Sabado 29
A causa de un mal paso en la ducha, resbalón y corte con la placa que cubre el sumidero, terminamos en urgencias con FHMP. La médico y dos enfermeras me piden amablemente que salga de la sala porque según ellas "igual me mareo" y proceden a coserle el agujero. Cuando un rato después se abre la puerta y entro a buscarlo, me lo encuentro quitándose la camisa. Y si, yo también pensaba que para coser un pie no era necesario desnudar a un tio, pero parece ser que la antitetánica solo se puede poner en un punto muy preciso, que para ponerla hacen falta tres señoras y que él se quede medio en bolas. (Malpensadas!)
A pesar del accidente nos vamos al pueblo tras hacer la compra para mi madre y recoger el aparato que simula el ataque de un águila y que espanta a los tordos que pretenden comerse las cerezas de mi padre. Llegamos a las tantas y nos apoltronamos, el enfermo y yo, a ver la tele.
Eurovisión entera. Im-presionante. Se me hizo corta y hasta me gustó. El gran fallo, haberme dejado el ordenador aqui y no poder entrar en los chats de debate.
Domingo 30
Se cumple un año de la muerte de la abuela y mi madre decide encargarle una misa en el pueblo. Echando cuentas, igual hace más de 20 años que no pisaba esa iglesia y pocos menos el pueblo. Tampoco pasamos de 30 los que estamos en la iglesia y eso que solo nosotros, ya sumamos ocho. La perra, se queda en el coche.
La perra, por cierto, que lleva ya diez día viviendo como un pachá en casa de mis padres no se huele que mañana lunes se le acaban las vacaciones. Vuelve a casa de mi ex y por tanto a un régimen cuasi soviético de paseos a la hora, comidas a la hora, juegos a la hora y gran parte del día sola en casa. Igual que ahora, que sale al huerto con el sol y se retira cuando ya es de noche, que come lo que le da la gana y tiene acojonados a todos los gatos del valle... Como muestra, cara de buen rollo que tenía esta misma tarde a las cuatro mientras esperaba a la sombre que mi padre terminara de ver el Giro.
Por cierto, las sandalias no han aparecido en el pueblo. En un flash de memoria esta noche he recordado que las guardé todas juntas en una caja grande de cartón marrón. Bajo al trastero de propio pasadas las diez de la noche y me viene a la cabeza la pelicula de miedo que empecé a ver el otro día y en la que una adicta al trabajo se queda encerrada en su edificio la nochebuena. En mi garaje tampoco hay cobertura de móvil. Ni en el ascensor. Y FHMP, cojo perdido en el sofá. Vaya plan.
Y no, las sandalias tampoco están en el trastero. Me consuelo pensando que con lo que me ahorré en la estantería del baño al menos un par me compro.
3 comentarios:
movidito el asunto, vaya.
me ha gustado mucho el post, se hace más que ameno.
por cierto, tienes una perra preciosa.
un beso.
Una "rebuznancia" en el título. Se supone que un resumen es, en esencia, breve.
Una "rebuznancia" en el título, un resumen, en esencia, tiene que ser breve.
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