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Y habrá quien piense, pues vaya chorrada, guardar monedas todo el año para acabar juntando esa birria. Y tiene más razón que un santo, pero una (que le vamos a hacer) es así de rara. Tan rara, tan rara, como para que una vez metidas las monedas en cartuchos y llevadas al banco, pegar la hucha para volver a llenarla este año. Y lo primero que he metido ha sido el papel con la cantidad. Para acordarme de cuanto fue este año cuando el que viene, por estas fechas, vuelva a abrir la hucha.
Me pasa también con los libros. Me encanta guardar cosas entre las páginas para encontrarlas años después. O con los zapatos, cuando al terminar la temporada guardo cada uno en su caja y meses después descubro pares de los que ni me acordaba. Son trampas a mi memoria, pequeños descubrimientos inesperados que te llevan, de repente y sin esperarlo a un punto del pasado que quizá, habias olvidado.
En fin, que con esos 136 euros (y alguno más) nos vamos de finde. Y no veais las ganas que tengo de cambiar de aires.
Buen fin de semana!
3 comentarios:
Yo siempre digo que haré eso mismo... pero al final ná! No tengo voluntad ni ilusión suficiente. Aissss
Eso sí, lo de los zapatos me sale calcadito a lo tuyo. Hoy sin ir más lejos, me he encontrado dos pares de sandalias de las que ya no me acordaba jeje!
Saludos María.
Bonita costumbre, que lo disfruteis.
Besos Franché.
Hola,
hago lo mismo y tengo bastante, creo que parecido o más, pero donde puedo conseguir los cartuchos??
Gracias!!
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