Antes de que el AVE exisitiera, un viaje de trabajo a Madrid implicaba necesariamente una noche para ver a los amigos, cenar en algún sitio de moda e incluso, ir al teatro. Ahora, se sale en el tren de las 7.20 para llegar a las 9.00, se va todo el día de culo y se vuelve a las 20.40 para aterrizar en casa pasadas las diez, con los zapatos en la mano y hecha un trapo. Cada viaje, el tren acorta un par de minutos el recorrido y la comida es un poco peor. Eso no cambia. Tampoco cambia el encontrar un montón de gente conocida a la ida y el mismo grupo, a la vuelta.
A pesar de todo siempre que voy por Madrid intento dejarme libre la hora de la comida y quedar con una de mis mejores amigas, una mujer fantástica con la que compartí piso cuando teníamos veintitantos años y éramos capaces de ir a clase los viernes a pesar de haber cerrado los bares la noche anterior. Ahora, tenemos algunos años más y comemos una ensalada con un botellín de agua en cualquier sitio en la hora escasa que le deja libre su trabajo.A pesar de todo, esa hora nos sirve para ponernos al día de nuestras vidas respectivas, de lo que ha pasado y de lo que ha de pasar.
Ayer me contaba que su empresa le debe tres extras, que se habla ya de un ERE y que ante la tesitura, ha empezado ya a moverse para ver como anda el mercado. Y resulta que el mercado anda poco, pero ella aún anda menos. Sufre lo que llaman "exceso de curriculum", un lastre de másters, postgrados y cargos en empresas de cierta relevancia que le hace prácticamente incolocable en el mercado actual. Está demasiado preparada. Es demasiado cara. En una de las entrevistas, un experto "caza talentos" llegó a recomentarle que preparara un "Curriculum B" más ligero de contenidos.
"Nos han tomado el pelo", me decía ayer, "nos hicieron creer que teníamos que dejarnos las piel para ser las mejores, ser independientes económicamente, tener una carrera brillante... Hemos pasado 20 años peleando como leonas, creendo que la vida era ésto, que lo único que importaba era subir y subir... y ahora nos dejan en la cuneta por haber subido demasiado".
Y me temo que tiene razón.
2 comentarios:
Pues tu amiga tendrá que hacer algo al respecto, María, como ese "Currículum B". Porque si no, se va a quedar colgada de las nubes.
Yo, sin embargo, estoy en el lado opuesto, mi carrera no es brillante ni es nada de nada, así que ando muy ligero, de tal manera que nadie me quiere contratar, jeje. Cosas de este mundo caótico.
Un saludo.
Pues sí que cierto es.
Por exceso o defecto andamos todos cruzando los dedos para no encontrarnos en esa situación.
Besos.
P.D. Me encanta el blog.
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