miércoles, 11 de noviembre de 2009

LISTAS y POZOS


Uno más. Un compañero me ha contado esta mañana que anda buscando piso para separarse de una vez. No es la primera que lo intenta. En cinco años en la misma empresa habrá pasado al menos tres o cuatro veces por la misma situación. Al final, siempre da marcha atrás.

No es el único, claro. Que tire la primera piedra el que nunca haya mantenido una relación que sabía de sobras que estaba más que muerta. Por miedo a estar solo, por cuestiones económicas, por la familia, por pereza, por comodidad, porque al fin y al cabo si nos quisimos tanto jode reconocer un fracaso... La lista de motivos es eterna y compite en el mismo ring con otra lista distinta, la de motivos para separarnos. Porque el deseo ha desaparecido, porque ya no recuerdo el motivo por el que enamoré, porque ya nunca hablamos si no es para discutir, porque he conocido a alguien, porque sufro más estando contigo que sin ti...

Cada uno equilibra su balanza como puede, sisando tiempo y posponiendo la decisión definitiva. Hay quien espera que el tiempo solucione las cosas que no se atreve a solucionar y quien adopta la estrategia de llevar las cosas al límite para que la otra parte tome la decisión definitiva.

Lo que yo creo que es cuando una historia de termina, terminada está. Que prolongarla no hace más que aumentar el sufrimiento de todos y que a veces, cuando damos el portazo que pensamos nos va a partir en dos, en realidad lo que sentimos es la liberación de haber salido de un agujero en el que nos hundíamos y a la vez, arrastrabamos al otro. Y si uno espera mucho, hay veces en que ya no se puede salir.

4 comentarios:

indo dijo...

esto va a sonar fatal, pero la mierda cuanto más se remueve, más huele. si algo va mal, déjalo antes de empeorarlo y tener cada vez peor sabor de boca. vamos, digo yo.
beso!

Labegue dijo...

Tienes razón, pero es difícil, muy difícil tomar la decisión. El tema económico, por un lado y si hay niños sobre todo, hacen que la decisión sea difícil.

Yo, por ejemplo, aunque no me arrepiento, todos los días sigo preguntándome si hice bien. Yo creo que sí, pero aún así, sigo preguntándomelo.

Un beso.

Duncan de Gross dijo...

Suscribo a Labegue. Uff, tema peliagudo, no hablaré, Un saludo Maria, hacía tiempo que no venía por aquí ;-)

Anónimo dijo...

En cuanto dejas de considerarte el ombligo del mundo todo es mas facil y las necesidades de los demas pasan a ser prioritarias y, si, yo tome la decision adecuada gracias a eso