miércoles, 13 de mayo de 2009

VIDA


Mi abuela, la única que me queda, cumple mañana 88 años. No es, ni lo ha sido nunca, la típica abuelita dulce que hace bizcochos y cuida geranios mientras intenta hacer la vida agradable a los que le rodean. Más bien todo lo contrario.

La veo un fin de semana sí y otro no. Y quizá por eso, porque no vivo con ella a diario soy mucho más consciente del deteriorio físico que poco a poco se va cebando en su cuerpo y su mente. A veces, me siento frente a ella e intento recordar la mujer que era hace apenas cinco años, o cinco meses o incluso, cinco semanas. A veces, dudo si ella no estará pensando lo mismo.

Desde que nacemos nos enseñan a andar, a comer, a cruzar la calle, a conducir un coche, a mejorar nuestra vida sexual. Vamos al colegio, terminamos una carrera universitaria y sacamos tiempo de donde sea para seguir aprendiendo y mejorar. Estudiamos, leemos, viajamos, buscamos experiencias que nos puedan ayudar en cualquier momento o situación en nuestra vida. Hay masters para mejorar las relaciones laborales, terapias para dejar de fumar, talleres para superar una ruptura, una pérdida o una enfermedad...


Pero nadie no enseña a envejecer y a enfrentarnos a la muerte.


Y miro a mi abuela y me angustia pensar lo terrible que debe ser saber que tienes 88 años, que las personas que conociste y amaste ya han muerto, que cada día que venga va a ser, seguro, peor que el anterior, no solo porque llegarán más dolores, sino porque quedará uno menos en esa inexorable cuenta atrás.

¿Como seré yo a los 88? ¿Me despertaré por las mañanas con ganas de apurar el tiempo que la vida me regala o habré tirado ya la toalla agotada de luchar contra una corriente que se que me va a llevar? ¿Como se sienta uno a esperar a la muerte?



10 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Terribles e interesantes preguntas...Yo prefiero no pensar en ello, el Colón Irritable acabará conmigo antes y me gusta vivir y disfrutar de los amigos, la familia, el amor, el arte y los gatos todos los días como si me fuese la vida en ello, ;-)

CMQ dijo...

yo, simplemente, prefiero pensar que no llegaré a tanto. No se por qué. Preo no lo creo. Y me parece que, además, no estoy por la labor... Me agobia pensar en el deterioro, en el dolor, qué le voy a hacer...

Anónimo dijo...

En una entrada antigua, nos preguntabas por nuestros miedos y yo conteste que no tenia mas que dos y uno de ellos era este.

No creo llegar, como cmq, pero si lo hiciera, estoy intentando prepararme para ello, para no abandonar mi pasion por sentir y vivir y aprender. Fisicamente se que ire para abajo, pero espero mantener mi psique en búsqueda hasta el ultimo dia. Para ello quiero prepararme.

Nuei

El Titanic, también se hundió dijo...

Creemos que no llegaremos, porque lo vemos lejos, tal vez se nos olvida mirar hacia atras y ver lo cerca que esta nuestra primera comunion, la EGB, la noche de Reyes, la primera bicicleta.... Y tanto que llegaremos, la vida pasa muy deprisa, y nadie nos enseña a vivir despacio.

CMQ dijo...

EL TITANIC TAMBIÉN SE HUNDIÓ, personalmente no es que yo crea que no me va a llegar, el tiempo pasa inexorablemente y es rápido como él solo, sino que creo que YO no voy a llegar... siempre he pensado que a mí la muerte me llegará antes que la vejez... veremos si me equivoco. Besotes.

Anónimo dijo...

pues yo espero que sea una fiesta para los que en teoria me tienen que sobrevivir, me he donado a la ciencia y con el dinero que se ahorren en ese tetrico asunto del entierro quiero que se corran una buena juerga a mi salud

María dijo...

Durante gran parte de nuestras vidas vivimos como si fuésemos eternos sin intuir siquiera que cada segundo, cada vez que respiramos... es un paso vivido hacia un final inevitable.

Lo terrible de éste tema es lo que podemos llegar a complicar algo tan natural como lo es la muerte porque como bien dices... nadie nos explica de pequeños que a lo largo de todo éste corto camino: "Vivimos Muriendo".

Intuyo que nos enseñaron a magnificar el final... cuando el verdadero misterio yo creo que está en el principio.

Besitos.

Alhuerto dijo...

La vida es un principio y un fin, eso está claro.
Lo que no lo está tanto es si se disfruta del principio lo suficiente como para llegar al final satisfecho.

Yo quiero llegar a mis últimos dias sabiendo que he aprovechado todos los que he tenido.
Y eso de momento es lo que hago... menos mal que me queda más de media vida aún.

Cmq tiene una frase de House muy acertada en su blog:
Pasará un día en su lecho de muerte; los otros 25.000 son los que deberían preocuparle. Acuéstese tranquilo hoy

Anónimo dijo...

Peor es morirte en vida, para eso si que no estás preparado nunca.

J.Antonio

Anónimo dijo...

Peor es morirte en vida, para eso si que no estás preparado nunca.

J.Antonio