lunes, 3 de enero de 2011

VIAJE CON NOSOTROS

Entre mis 27 vocaciones frustradas (mejor dicho, aún no frustradas del todo, que nunca se sabe por donde te puede llevar la vida), está la de agente de viajes / organizadora de eventos. Hasta ahora la había sacado a relucir en momentos puntuales, vacaciones, escapadas y demás, pero desde que empezó 2011, estoy desatada. Es más, si ahora mismo me ponen delante el calendario entero me veo capaz de organizar en media hora una propuesta distinta para cada fin de semana del año.

Mi queridísimo, que tiene de paciente y tranquilo todo lo que yo tengo de culo de mal asiento e hiperactiva, me miraba anoche horrorizado desde la esquina más lejana de nuestro sofá, donde se había refugiado entre cojines mientras yo desplegaba mapas, guías y páginas web y le organizaba el mes de enero en menos de cinco minutos. Luego, me secunda siempre, aunque de vez en cuando protesta con aquello de "Y un fin de semana en casa no nos podríamos quedar???" Y a mi, me entran sudores fríos.

Supongo que si me pusiera en manos de psicólogos y demás entenderían esta necesidad de hacer cosas como la forma de cubrir algún tipo de carencias y posiblemente tengan razón, pero lo cierto es que los mejores momentos de mi vida han transcurrido siempre por ahí. Serán los genes de mi abuela, que estuvo 50 años quejándose de diversos dolores, sin comer ni dormir, hasta que alguien le proponía un viaje y milagrosamente sanaba al instante. Ni en Lourdes.

Sin llegar a esos extremos, si es cierto que los viajes me ayudan a desconectar del todo. Fuera problemas, fuera malos rollos laborales, fuera dolores de espalda... aunque me pegue ocho horas tirada en un aeropuerto, el hotel sea una mierda o llueva todo el viaje. No importa, fuera soy felíz. Y al final eso es lo que importa, no?

Buen viaje a todos!!!!

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