domingo, 13 de marzo de 2011

LA VIDA PRIVADA DE PIPPA LEE


Una de las cosa buenas que tiene el ir cumpliendo años es que cada vez dedicas menos tiempo a lo que se supone es lo correcto y empiezas a hacer lo que de verdad te gusta y cuando te da la gana. En esa línea, descubres el placer de irte a la cama sola cualquier día a las diez de la noche solo porque tienes sueño o porque te espera un buen libro, sales de copas cuando de verdad te apetece o dejas de ir al cine con la lista de películas "indispensables" para ver solo aquellas que de verdad quieres ver. Y en mi caso, se resumen pronto: las que terminan bien.

Por eso me ha gustado tanto "La vida privada de Pippa Lee", porque refleja perfectamente esa sensación de que al final, hay que hacer lo que a uno le pide el cuerpo, de que  la vida nunca deja de sorprenderte, que jamás hay que dar nada por supuesto y que en cualquier esquina, en cualquier momento, todo puede dar un vuelco que te obligue a empezar de nuevo una vida distinta. Vale, posiblemente Keanu Reeves no estará esperándote en la puerta de tu casa con una furgoneta amarilla para empezar contigo.... o tal vez si, porque en el fondo, la vida está llena de Reeves esperándote cuando por fin te decidas a cerrar la puerta y empezar de nuevo.

1 comentario:

Naar dijo...

pues la apunto para verla. a mí también me gustan las pelis que acaban bien, quizás porque en la vida real las cosas no siempre salen así. aunque es verdad, hay que intentar que así sea.
un beso.