sábado, 23 de junio de 2012

APRENDER MAS QUE ELLOS





Me lo advirtieron los compañeros cuando empecé con las clases en la Universidad el curso pasado, que me cuidara de los pelotas, los jetas y los parasitos que viven del trabajo de los demás. Intenté hacerles caso, pero cuando una alumna se echó a llorar en la revisión de nota porque "esperaba haber tenido algo más que un aprobado " estuve a punto de picar, a pesar de saber que durante todo el curso no había dado un palo al agua, que los trabajos individuales presentados eran una birria y que se había fumado todas las clases prácticas que había podido. Le di vueltas y vueltas y más vueltas hasta que el jefe del departamento me obligó a firmar las actas sin remedio.

No le iría tan mal cuando este año ha repetido conmigo en otra asignatura opcional y ha calcado exactamente la misma jugada de mínimo esfuerzo. Eso si, este año sin numerito en el departamento.

Este curso, nueva asignatura (optativa, de cuarto, vocacionales absolutos) y un grupo de alumnos que parecían elegido en un casting. Han trabajado duro y bien (salvo la excepción) y he tirado a lo alto intentando redondear la nota a aquellos que lo han merecido. Entre ellos uno  que pese a pinchar en una de las prácticas ha terminado el curso con sobresaliente.

El miércoles, revisión de nota. Repasamos los trabajos, le saco las cuentas y le explico que, aunque matemáticamente la nota no le de, voy a ponerle un nueve por el trabajo que ha hecho durante todo el curso. El se marcha a su casa contento y yo a la mía tranquila.

Y dos dias después recibo el siguiente correo: DUDA SOBRE LAS NOTAS

"Hola M. Soy F. Me ha surgido una pequeña duda sobre las notas. ¿Como está el tema de la matrícula de honor? Con el grupo tan reducido que somos, ¿corresponde alguna? Creo que toca una a partir de nueve.

Es simple curiosidad, por si pudiera conseguirla. Un saludo."

Lo que me lleva a pensar que si el año que soy estricta con las notas me mata la mala conciencia por haber sido demasiado dura y el año que tengo la manga ancha, les doy la mano y se toman el brazo y encima piensan que esto de las matriculas de honor se reparte a bulto como los cargos públicos cuando un partido gana las elecciones, no sería mejor sortear las notas directamente y ahorrarme examenes, tutorías y malos ratos?

Me lo advirtieron. Aquí, aprenderás tu más que ellos.

1 comentario:

Labegue dijo...

Dice el refrán que contra el vicio de pedir está la virtud de no dar.

Pues eso.