lunes, 7 de septiembre de 2009

ESPERANDO UN MILAGRO


En apenas una semana me lo recomendaron cuatro personas distintas y todas hablaban con emoción de un libro que, me advertían, era extremadamente duro. Lo compre, claro, y me ha costado un par de meses terminarlo. No porque sea especialmente denso o largo, sino porque cada una de sus páginas suma tal cúmulo de palizas, derrotas y desgracias que leía unas cuantas líneas y tenía que dejarlo un tiempo antes de empezar otra vez.

Es, claro, Mil soles espléndidos, la historia terrible de dos mujeres afganas contada sin apenas recursos literarios. Frases cortas, palabras incisivas, prosa dura. Tan dura como la historia que cuenta sin concesiones.

A fecha de hoy aún no se si me ha gustado o no. Solo se que mientras lo leía, el parlamento iraní rechazaba a dos mujeres como ministras, un padre egipcio maltrataba hasta terminar con su vida a su hija de 23 años porque las habladurías la relacionaban con un chico y eso atentaba contra su honor y en Sudán, un tribunal condenaba a 40 latigazos a la reportera Lubna Ahmed por indecencia al ser descubierta vistiendo pantalones. Y son solo tres ejemplos de tres países donde hay mujeres, algunas mujeres, que pueden llevar una vida algo normal. En Afganistán no.

La historia de mil soles espléndidos es casi contemporánea y una no puede evitar ponerse en la piel de esas mujeres machacadas una y otra vez en un país devastado, mujeres siempre encerradas en patios o bajo burkas. Son mujeres que llevan tantos años pasando hambre que ya no recuerdan lo que es una comida normal, que mueren porque no hay médicos ni hospitales para ellas, que se compran y se venden entre familias y que pasan su corta vida recibiendo palos de padres y maridos.

Son mujeres que con cada tregua, con cada anuncio de cambio político albergaron una esperanza, para descubrir poco después que los cambios siempre son para peor.

Son mujeres que a fecha de hoy siguen esperando un milagro que cambie sus vidas.

5 comentarios:

Labegue dijo...

Acabo de terminarlo. Y bueno, no puedo decir tampoco si me ha gustado o no, yo sé que me ha tocado, y eso me basta.

Un beso

cristal00k dijo...

Si, no se puede leer ese libro sin conmocionarse María. Yo tampoco sé aún, si me gusto. Pero está claro que hay que seguir denunciando la esclavitud de más de media humanidad por la otra media. Porque eso es lo que ocurre, sin eufemismos de ninguna clase.
Estoy ya hasta los ovarios, de ese relativismo cultural, o de ese buenismo que iguala y llama al respeto de todas las culturas por igual. Pues nó, señores míos, hay cosas, hechos y comportamientos de algunas culturas que están mal. Muy mal! Y en ello, ni yo, ni nadie con un mínimo de decencia y de inteligencia ve Cultura alguna. Sólo lisa y llanamente ESCLAVITUD.
Me indigna tanto este tema... enfín, gracias por estar ahí por no morderte la lengua y denunciar y por ser politicamente incorrecta.
Besos.

Duncan de Gross dijo...

Yo me lo apunto para futuras lecturas ;-)

pandora dijo...

No he leído el libro, pero me encanta el autor, Khaled Hosseini, y el libro de Cometas en el cielo, me dejó sin palabras. Me encanta tu blog. Un saludo

Anónimo dijo...

Lo afortunadas que somos de haber nacido en un pais civilizado...solamente que hubieramos nacido mil kms al sur...como nos hubiera cambiado la vida!!!