martes, 2 de marzo de 2010

FRACASO


Aprovecho un viaje de trabajo a Madrid y quedo a comer con Y, con la que compartí piso y vida hace ya más de diez años. Nos sentamos en el Vips y parece que nos hubiéramos visto esa misma mañana. Ella sigue exáctamente igual y cuando me reprocha que hace más de un año que no nos vemos tengo que echar cuentas de nuevo para confirmar que sí, que es cierto, que aunque parezca mentira, hace meses que no hablamos. Pero en realidad, da igual. Ella está ahí, tan fantástica como siempre, tan llana, tan cariñosa, tan buena persona... A ella la esperan en el trabajo y yo tengo que volver pitando a mi reunión, pero en apenas una hora nos ponemos al día de su vida, de la mía, de la de aquellos que nos rodean y de la de los que fuimos dejando atrás.
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Algunos días después hablo por teléfono con L., que me conoce como nadie, a quien quise por encima de todo, que puso mi vida patas arriba una y otra vez. Hablamos del tiempo, de viajes y un poco de trabajo y al final, me despido deprisa porque empiezo a ahogarme en tanta conversación banal. Y me jode reconocer que alguien a quien quise tanto, alquien que conocía hasta el último rincón de mi cabeza, la persona a quien le confié absolutamente mi vida, es ya un desconocido con el que apenas tengo de que hablar.
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Y me queda la sensación de fracaso al no haber podido conseguir lo que yo pensaba que sería posible. Que por encima del amante y del amado, quedara siempre el amigo.

1 comentario:

indo dijo...

bueno, con tu amiga, a pesar de tiempo la cosa sigue igual... a veces es difícilo mantener eso con la distancia, física y temporal.
entiendo ese dolor que producen las conversaciones vacías con alguien a quien se amó tanto, pero creo que es un poco inevitable. que aunque no muera la parte de amigo, hay algo que parece impedirnos el decir al otro, "cuanto te quise, dios mío, que aún ahora te echo de menos a veces".
es complicado.
en fin, María, me gustan tus reflexiones, termino reflexionando contigo... un beso.