miércoles, 18 de febrero de 2009

RACISTAS. CLASISTAS.


Al hilo de las denuncias por la presunta huelga de celo de la policía a la hora de pedir la documentación a inmigrantes, El Intermedio del Gran Wyoming dio una vuelta de tuerca más que interesante. Con la tesis de partida de que los españoles no somos racistas sino clasistas, envió a un equipo a preguntar en la zona pija de Madrid a personas con aspecto de extranjeros trajeados o resguardadas por abrigos de piel, si en algún momento se habían sentido acosadas por las fuerzas de seguridad. Por supuesto, a todos les habían tratado estupendamente.

A nadie se le escapa que para casi todo el mundo no es lo mismo tener por vecino un gitano dedicado a la chatarra que a Joaquín Cortés o Antonio Carmona, que parece que cuando los futbolistas llegados de cualquier país africano firman fichajes millonarios pierden automáticamente la nacionalidad y hasta el color de piel o que cuando en Marbella aparecen los jeques del petróleo, el pueblo entero les hace la ola.

Tanto tienes, tanto parece que vales. Algo que en realidad y salvando las distancias que hay entre una injusticia y una anécdota, nos ha pasado a casi todos en alguna ocasión. ¿Quién, al entrar en una tienda de ropa de lujo vestida con vaqueros de H&M y sandalias no ha sentido como le miraban con la ceja levantada esas dependientas de diseño? Posiblemente tengan un sueldo de miseria y vivan en una barriada a más de una hora en metro del centro, pero se permiten juzgarte solo porque no vistes como ellas piensan que deberías vestir. Y entonces piensas en lo que sería si además fueras de otra raza o tuvieras cualquier minusvalía física.

Hace muchos años vi una película en televisión que no he conseguido volver a encontrar. No recuerdo director ni título. Solo que contaba la historia de un hombre al sur de África que un día descubre lo injusto que es pasar hambre y ver morir a tus hijos mientras en Europa derrochamos sin fin. Decide llegar andando al Edén que para él es occidente y mientras sube, caminando, hacia el Mediterráneo, decenas y decenas de personas que no tienen nada que perder se van sumando a su viaje.

La imagen final, que nunca he conseguido sacarme de la cabeza, muestra a centenares de personas, sin nada, en una playa de Marruecos esperando para dar el salto mientras al otro lado se dibujan las costas de España.

6 comentarios:

utópico dijo...

Pues yo creo que la mayoria de la gente no sabe que hace su vecino en su vida, y por tanto, si parece latino, o es negro, o es cualquier tipo de extranjero, pues simplemente entra en otra clasificacion.

Claro que hay racismo, seria demasiado ingenuo creer que no. A X inmigrante, cierto Y europeo le mira la cara de latino (u otro extranjero), y asume que es un pobre diablo, probablemente ilegal y sobretodo ignorante. En cuanto se conocen y se da cuenta que el latino resulto ser Analista Financiero, y que sus ingresos probablmente triplican los suyos, se acaba el racismo.

Pero eso no quiere decir que no hay racismo, el racismo es el punto de partida. El creer que el otro, es por su apariencia "inferior"

en fin.

saludos!

josman dijo...

recuerdo haber sentido por primera vez en propia carne el racismo por traspasar una imaginaria linea y pasar a "territorio prohibido"...se me ocurrio ir a un bar local en limburgo (belgica) a llamar por telefono, pude llamar, pero sentia como me decian con la mirada "este no es tu sitio, paleto español", y mientras, un familiar que vivia en el pueblo y jugaba al futbol en el equipo local, era no solo aceptado sino respetado por aquella gente; lo mismo que como bien dices, hacemos hoy en dia con Samuel Eto'o o cualquier desportista sudamericano...si, sufrimos el racismo en su día y hoy lo somos nosotros, aunque a veces les damos a los "inferiores" el beneplácito de la duda: `fijate en Ahmed, es marroquí, pero sin embargo es una persona seria`...y nos quedamos tan tranquilos


un saludo

Duncan de Gross dijo...

Hay racismo hasta entre CCAA, no va a verlo con otras razas... Si en determinados lugares te dicen que sino tienes RH negativo y determinadas facciones (y hasta determinado corte de pelo!!), no eres de los nuestros y no te queremos, incluso gastan dinero en una Universidad, importante Universidad, para que prueben que la "Raza" viene de tiempos remotos, no mezclada con romanos ni árabes y con lengua arcaica de origen incierto (la tuya chirría en los oídos), arraigada cultura ancestral... Y ni se te ocurra acercarte a "manchar" a una de nuestras mozas, porque te mandamos a "Aspanya" de una patada, ¿Qué más podemos decir?.

No hace falta ser negro en este país para sentirte desplazado hasta de tu propia tierra.

Lilyth dijo...

son ciertas tus palabras María, en España, en america latina (no se el resto, nunca he vivido ahi) el racismo va de la mano con el clasismo, de modo que si uno no te permite juzgar o separar el otro te da las razones.
Vi el programa y pensé exactamente en lo mismo, claro, los que no se sintieron agredidos eran gente de traje y corbata y sobre todo un acento de aquellos países considerados "in" para el resto de los europeos. Triste, muy triste.

Anónimo dijo...

Yo vi la pelicula 14 km, por si es la que dices.

cristal00k dijo...

Mi hija, rubia y muy blanca de piel, alucinó en su primer viaje a Londres, en el control de pasaportes, cuando de un vistazo el funcionario de turno, la "segregó" del resto de viajeros procedentes de España, creyendo que era inglesa... y la dejó pasar de inmediato, mientras todos los demas hubieron de contestar un montón de preguntas y rellenar un cuestionario... Increible en pleno siglo XXI, pero cierto...
Poco han cambiado los tiempos María. Por más que cambien las leyes, si no cambiamos nuestros valores, la sociología sigue en el XIX. Pasa lo mismo que con el machismo, nadie reconoce ser ni una cosa ni la otra. Parece que tengamos como una necesidad de demostrarnos algo así como: Yo, al menos, soy más que "ese"...
Tema espinoso y difícil niña... muchos estamos seguros de no ser ni una cosa ni la otra, pero si analizásemos a fondo, podríamos sorprendernos con lo que hallásemos...

Besos guapa. Y vigila tu pluma jeje!