martes, 10 de marzo de 2009

EL MATERIALISMO DEL AMOR


Mi abuela tuvo tres hermanas. Una de ellas se casó pasados los 50 con un hombre ya anciano. Otra, esperó toda la vida a un pretendiente que viajó a América en busca de fortuna y nunca regresó. Mi abuela se fugó con lo puesto para poder casarse con mi abuelo sin el consentimiento de la familia. Nunca volvió a pisar su casa.

El problema de todas ellas fue haber nacido en una casa rica e hijas de un hombre para quien ningún pretendiente era lo suficientemente bueno. Y así, salvo mi abuela que fue capaz de rebelarse por amor, todas pasaron la vida esperando.

He pensado en ellas al ver la condena de seis años con que la audiencia de Múnich ha cerrado el caso de Helg Sgarbi, el suizo de 44 años que sedujo y chantajeó a la multimillonaria alemana Susanne Klatten, heredera del imperio Quandt y mayor accionista de BMW.

Como nunca he tenido nada más alla de un sueldo que me permite vivir más o menos cómodamente, jamás he tenido que enfrentarme a esa duda que te hace sospechar que la persona que jura amarte en realidad, lo hace por interés. Pero al mismo tiempo, los años de vida que llevo ya cargados sobre la espalda me hacen desechar esa idea tan romántica del "Amor desinteresado" y creer cada vez más que el amor es posiblemente uno de los sentimientos más egoistas que existen.

Sgarbi quería dinero y una posición y para ello cruzó la línea de la legalidad. Pero ¿cuantos no llegan a hacerlo? ¿Cuantos miles y millones de hombres y mujeres no basan su relación en una cuestión meramente económica? Desde personas pobres pero muy atractivas con parejas adineradas a matrimonios entre los que ya no queda nada pero que gracias a la suma de los dos sueldos tienen una vida materialmente mejor. Hay tantos grados como personas.

Pero no se trata tan solo de un egoismo material. Quiero a fulano porque me da estabilidad, porque tenemos una relación sexual fantástica, porque es un hombre honesto que se que no me defraudará o simplemente porque me hace felíz. Estoy con mengana porque es una buena persona que me cuida, porque es tan dulce que hace que mi vida sea mejor, porque disfruto de noches fantásticas con ella o porque se que será una madre ideal para mis hijos. Sea como sea, recibes bienes intangibles de esa relación.

Cuantos más años pasan y más parejas conozco, más segura estoy de que no amamos porque sí. Hay motivos. Más o menos ocultos, motivos obvios o que preferimos esconder hasta para nosotros mismos. Pero están. Y esos motivos hacen que muchas veces relaciones que desde fuera parecen inexplicables dejen de serlo. Es el dato que nos faltaba para comprender lo que parecía absurdo. Es la explicación materialista del amor.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Queramos o no queramos, el amor siempre es interesado. En él buscamos aquellas necesidades que tenemos, tanto afectivas como incluso sociales. Y dentro de estas últimas, la cuestion material en algunos casos es una de ellas. En otros es el hecho de que el mundo esta preparado para parejas y en otras la simple compañia.

Lo bonito, sería tener solo las afectivas pero como decia aristoteles el hombre es un animal politico, y el entorno cuenta.

En el amor, buscamos lo que nos falta y la entrega es el maravilloso precio que pagar.

Nuei

Duncan de Gross dijo...

... Si yo tuviera algún interés material en mi pareja, creo que la dejaría ahora pispo... Los dos tenemos menos "perras" que uno que se está duchando... La verdad es que con todas las mujeres con las que he estado, o salido, que han sido francamente pocas, se pueden contar con los dedos de una mano... Con todas, ha sido por amor... Nunca me importó si tenían un Mercedes (nunca se dio el caso que lo tuvieran) o un piso en Torremolinos (tampoco), pero sí que me escucharan, y yo a ellas, que me quisieran con mis 83 defectos visibles y yo a ellas, (aún les busco defectos, incluso a las que ya no están y no los encuentro), y por lo tanto difiero en lo que el amor es interesado... El amor es química, cuando se acaba, aquí me bajo yo...

Y si estás mirando el coche que tiene, o el dinero de su cartera, en vez de mirarle los ojos, las manos, las tetas o el culo, entonces es otra cosa...

Astún Vivo dijo...

O no es más que una consecuéncia de la evolución y la conservación de la especie ...

Lupe Montero dijo...

Cuando mantienes una relación siempre esperas conseguir algo de ella, eso está claro. Por lo general son cosas "intangibles" como la seguridad, el cariño, etc. En otras ocasiones están las materiales (poder dar una vida digna a los hijos, conseguir un determinado nivel de vida...)
Siempre esperamos algo que podríamos denominar egoista, si no ¿para qué? De hecho suele parecernos mal que por ejemplo una amiga lo de todo por la pareja sin pedir nada a cambio ¿o no?
En cuanto al tema material, siempre he pensado que es imprescindible el ser autosuficiente. Que luego mejora tu economia por estar con otra persona mejor, pero o básico que quede cubierto por lo que uno hace o tiene.
Besos María

Astún Vivo dijo...

Léete "El gen egoísta"