QUE HUBIERA SIDO DE MI VIDA SI...

Confieso que lo mío no es la nostalgia, que suelo pensar que lo mejor aún está por venir y que pocas veces me he tenido que arrepentir de una decisión tomada. Es más, creo firmemente que si alguna vez hay que lamentarse de algo, mejor que sea por algo que salió mal, no por algo que ni siquiera intentamos.

A pesar de todo, hay domingos madrugadores en los que la casa está todavía en silencio y apenas pasan coches por la calle, en los que para obligarme a aguantar un ratillo más en la cama, me da por pensar en “Que hubiera sido de mi vida si…” Y con este arranque intento imaginar como sería mi vida si hubiera aceptado aquel trabajo en ese pueblo de apenas quince habitantes, si me hubiera quedado a vivir en Barcelona o Madrid o si esa historia de amor, al final, hubiera terminado bien.

Y es entonces cuando fabulo sobre como sería un día normal en mi vida, que gente habría conocido o en que ciudad me levantaría por las mañanas y con quien. Si tendría ya hijos, si mi trabajo sería distinto, si llegaría sin problemas a fin de mes.

En realidad no deja de ser un ejercicio de fantasía que la mayor parte de las veces termina cuando algo se mueve y me devuelve al mundo real. Y lo mejor es que por ahora, mi vida real me sigue pareciendo fantástica.