Me gusta Sarkozy.
Por sus orejas de soplillo, por sus arruguitas alrededor de los ojos y por ser un bocazas. Me gusta esa insolencia casi suicida con que actúa en la politica y en la vida. Y me gusta porque me da la sensación de que él también pertenece al grupo de los que decidimos a golpe de impulso y corazón.
Me gusta Sarkozy.
Pero lo que me ha desarmado por completo ha sido ver como, en la recepción oficial de la Reina Isabel, alargaba la mano para coger apenas un segundo la de ella. Como si necesitara saber que Carla Bruni estaba ahí. A su lado.
Me gusta Sarkozy.
Y si yo fuera Carla Bruni sería esa y no otra, la foto que guardaría para siempre.
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1 comentario:
detesto a Sarkozy.... jajaja
saludos!
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