viernes, 24 de octubre de 2008

HOMBRES

Estoy empezando a pensar que las que aseguraban que en realidad el catálogo de tipos de hombres se limita a cuatro o cinco modelos que se repiten continuamente con ligeras variantes, tienen razón.

No hablo, claro está, del aspecto físico que para eso afortunadamente hay muchisimas diferencias, sino de la manera en que afrontan sus relaciones. Por lo que he visto hasta ahora y lo que me han contado las amigas, los hombres básicamente pertenecen a una de las siguientes categorías: Los que lo dan todo por supuesto, los que piensan que con estar ahí es suficiente, los egoistas integrales, los eternos indecisos y finalmente, los que son capaces de hablar, aunque en realidad los ejemplares de esta última categoría son como el Yeti o el Monstruo del Lago Ness, que dicen que existen, pero en realidad, muy pocos los han visto.

Los que lo dan todo por supuesto son aquellos que están ahi porque hay que estar. Fueron al colegio, buscaron un trabajo y una buena chica en el barrio y se casaron a lo grande en la parroquia de toda la vida. Veranean en la playa, comen un domingo en casa de los padres y al siguiente en la de los suegros, cambian de coche cada seis años y pasan los cinco anteriores pensando cual van a comprar. Si hay suerte y no se cruza una tercera persona envejecerán juntos en un clima de perfecto aburrimiento doméstico y no serán felices ni infelices porque nunca se lo plantearán.

Los que piensan que con estar ahí es suficiente gustan casi más a las suegras que a las hijas. Tienen un aspecto agradable, carrera universitaria y un buen trabajo. Son una apuesta sin riesgos, como el bolso de piel que va con todo o el little black dress. Fondo de armario. Nunca desentonan, jamás discuten, nunca molestan y corren el riesgo evidente de terminar siendo transparentes en tu vida.

Los indecisos son la reencarnación de Peter Pan, niños eternos en el Pais de Nunca Jamás. No saben lo que quieren. Si te marchas no pueden vivir sin ti y si vuelves, se ahogan. Como niños que son preparan grandes bienvenidas y aún mejores despedidas. Con ellos pasas de la risa al llanto, de a necesidad al olvido, del amor al odio sin transición. En el mejor de los casos, Wendy reacciona a tiempo, se sube al carro del tipo normal y evita convertirse en una nueva Campanilla atrapada para siempre en un mundo irreal. Otras no tienen tanta suerte.

De los egoistas ni merece la pena hablar. Quien no ha conocido a alguno?


El último tipo, el más buscado, responde a aquellos hombres que no tienen miedo a hablar de lo que piensan o sienten. Son aquellos capaces de decir te quiero o he dejado de quererte. Los que no temen explicar lo que temen o desean. Los que entienden que a veces nos cansamos de intuir y necesitamos un tom tom certero que nos de datos para comprender por dónde discurre el camino. Pero como ya he dicho antes, de su existencia, solo hay algunos indicios. Aunque dicen que como las brujas en Galicia, haberlos, haylos.

Por cierto, a estas alturas alguno preguntará que pasa con nosotras. Supongo que esta clasificación también puede aplicarse a las mujeres, pero no lo se. Nunca me he liado con ninguna.

9 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Jajaja, muy bueno el post, aunque coincido con el final, esa misma clasificación se puede hacer con mujeres, porque al fin y al cabo, no se trata de género, sino de PERSONAS,en cuanto a lo que nunca te has enrollado con una mujer, mmm, te lo recomiendo, yo lo he hecho alguna que otra vez y merece la pena, jajaja, aunque yo soy hombre-hetero (rara avis)... Lo dicho, me ha encantado tu post, me has hecho sonreir este viernes anodino, un besoooote!!

Lupe Montero dijo...

Buena clasificación María... lo triste es que las mujeres nos especialiamos en una tipología determinada y acabamos reincidiendo una y otra vez con especímenes semejantes... que hay que ver que no aprendemos...
Duncan, ¿por qué os va tanto el rollito lésbico?
Saludos

Duncan de Gross dijo...

rollo lésbico...Mmm, morbo, uff, pone, y mucho...No se decirte más...

arriero dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo y soy uno de los modelos en peligro de extinción. Resulta peligroso, pero es saludable a lo largo de la vida. En los cuarenta años que llevo en ella me ha ido bien y así seguiré, pero vida, al menos para mí, no hay nada más que una y hay que vivirla aplicando las creencias que uno tiene, ¡eh! pero las de verdad.
Hoy, desde mi óptica, te has merecido un 20. Saludos

cristal00k dijo...

jajaja! un 20! pero te olvidas de uan quinta categoría:

Los egoístas indecisos que lo dan todo por supuesto y piensan que con estar ahí es suficiente.

En cuanto a tu última categoría, dice mi hermana que tiene una conocida, que a su vez tiene una prima que una vez vió uno. Lo malo, para las hétero claro, es que cree que era gay.

Un beso.

Maria de Mave dijo...

Hola Duncan!

Mmmmmmmm, me temo que no me convences, no me ponen nada las tías.

Tienes razón Lupita, y es algo que yo también me pregunto. Por que hay mujeres que siempre tropiezan en la misma piedra?

Un 20???? Uffffffff, que responsabilidad, Arriero.

Y Cristal, jajajaja. Tienes toda la razón esa categoría se me había escapado. Respecto a los amigos gay, les debo un par de post desde hace tiempo.

Gracias a todos.

Lilyth dijo...

No se si he disfrutado más con el post o con los comentarios, creo que con ambos, Coincido con Lupita, lastimosamente soy del tipo que "repite pierna" como decimos en mi país, reincido tantas veces que he llegado a creer que no existen otro tipo de hombres en el mundo, insisto en conocer un hombre de la última categoría que de preferencia sea hetero y se enamore perdidamente de mi jajaja (no pido "casi" nada) jajajaja

Alhuerto dijo...

Buenas...no te había visitado nunca, pero me alegro de haberlo hecho, me gusta esta casa y entraré a menudo.

Por lo de los hombres y las tipologías....en realidad los hay peores y mejores...sería cuestión de coger lo mejor de cada uno y hacerte uno a tu medida... rollo buffet libre. Jejejeje.

Que conste que pienso exactamente igual sobre las mujeres y los tipos....y tambien las hay peores, pero hasta de las malas hay cosas buenas que guardar.

Saludos.

Anónimo dijo...

La típica clasificación simplista-periodística, graciosilla pero superficial