martes, 14 de abril de 2009

EXPLICAR EL DESEO


¿Por que hay personas que solo con rozarte hacen que todo el cuerpo se te vuelva del revés y otras que sin embargo y aunque lo intenten son incapaces de provocarte la más mínima reacción? ¿Por qué hay veces que personas depreciables nos provocan deseos incontrolables e inconfesables y sin embargo en otras ocasiones la persona perfecta no nos motiva sexualmente?
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Que tire la primera piedra aquel/lla que nunca se haya dejado llevar, que no haya sucumbido ante una situación dificilmente explicable fuera de esa cama, que sabiendo que estaba metiendo la pata haya sido incapaz de resistirse porque el deseo era demasiado fuerte. Desde Helena de Troya a Enrique VIII.
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Lo pensaba hoy al leer que un grupo de científicos suecos y estadounidenses ha dado con la clave de la caricia perfecta: una persona debe ser acariciada a una velocidad de entre cuatro y cinco centímetros por segundo para sentir placer.
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Hmmmmmmmmmmmmm. ¿Solo eso? No lo creo.


El estudio, que aparece en el último número de la revista Nature Neuroscience analizó las respuestas nerviosas de 20 personas en el momento de recibir una caricia en el antebrazo; así, hallaron un tipo de fibra nerviosa (C-tactile) que se activa únicamente cuando dicha caricia se produce a una velocidad de entre cuatro y cinco centímetros por segundo. Si la caricia se hace más deprisa o más despacio, el tejido no se activará.
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De lo que no dice nada es de quien hacía esas caricias. ¿El técnico de laboratorio con bata o el tipo que aún sin tocarte ya hace que te falte el aire?
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Es curioso el empeño de la ciencia por explicar esas cosas que muchos preferimos que sigan siendo terreno desconocido e inexplorado. El mecanismo del deseo, los resortes del amor, el por qué del desamor... pertenecen a una categoría que los científicos llevan siglos tratando de explicar. Afortunadamente, siguen siendo inexplicables.
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7 comentarios:

Lupe Montero dijo...

¿Por qué los científicos siempre tratan de eliminar la magia de las cosas?
Que físicamente se activa un nervio al acariciar a una determinada velocidad, pues estupendo pero eso no es significativo porque como bien dices hay personas que te cortan la respiración solo con verlas a lo lejos, sin necesidad de acercarse siquiera.
Aun así me imagino que ya habrá quienes se hayan puesto a medir y a practicar la velocidad perfecta... porque hay gente para todo ¿verdad?

CMQ dijo...

De todos modos, es que hay estudios que te dan qué pensar... sobre todo, pensar en cuánto "desfaenao" hay suelto para no tener nada mejor sobre lo que hacer un estudio :D
Y si, yo también pienso que hay gente que, solo con una mirada, levanta muchas más pasiones y deseos que otros con todas las caricias del mundo (y a la velocidad adecuada).
Me ha gustado tu post, María. Un besito.

indo dijo...

qué tontería. los científicos se aburren, esa es la verdad. que ya no saben qué estudiar para justificar sus sueldos.
menuda parida.
que cada uno es un mundo y le gusta una cosa.
¿sabes lo que no le gusta a nadie?
un tipo calculando la velocidad por centímetro cuadrado. tío, suelta la calculadora y tócame de una vez!!
hombre por favor....

Labegue dijo...

Quizá, al (a la) que recibía el experimento de manos del científico/a con bata le pasaba lo mismo que a la que suscribe en cierta situación, que por mucho que tu cabeza diga voy a ser objetivo, lo único que tus labios pueden hacer es emular a Chiquito de la calzada y decir: no puedorr, no puedorr

Duncan de Gross dijo...

El amor es pura Química...

El Titanic, también se hundió dijo...

Gracias por visitar mi blog.. he ojeado el tuyo y me apunto... voy a leerlo detenidamente...Buena entrada esta, que dejas llena de interrogantes... si logras las respuestas, por favor... me las cuentas a mi... que esto mismo me lo he preguntado unas cuantas veces.

Maria de Mave dijo...

Si, me temo que hay gente para todo, pero yo me quedo con la salida (genial)de Indo "tío, suelta la calculadora y tócame de una vez!!
hombre por favor...."

Hola Titanic, bienvenido. Y gracias, espero que encuentres cosas de interés.