domingo, 12 de abril de 2009

REGALOS



- ¿Donde te escondes, Juan?

- Voy en busca de María...


Encapuchados cubiertos por túnicas blancas y portando velas encendidas repiten una y otra vez la letanía mientras arrastran cadenas por el suelo empedrado del claustro románico de la Catedral de Roda de Isábena. Fuera llueve intensamente, pero el frío y la humedad se olvidan en esta noche de viernes santo ante lo que sin duda es un espectáculo único, fruto de una serie de casualidades que dificilmente volverán a repetirse.

Casualidades como que, hace apenas un par de horas, haya visto en la recepción de la hospedería un cuadro de Pepe Cerdá pintado justo en el lugar donde la tarde anterior hemos disfrutado de una copa mientras el sol se pone. El cuadro se acompaña con una dedicatoria en la que el pintor narra como su única e impactante experiencia religiosa la ha vivido en Roda una noche de viernes santo. Una noche como ésta.

La vida a veces te regala cosas así. El sabor de un yogurt de oveja con miel. Un claro en la tormenta que se abre justo cuando lo necesitas. La plaza mayor de Graus desierta y vacía solo para tí bajo la lluvia. El momento justo en que él, mojado como una sopa, consigue forzar la puerta del coche con una percha doblada. Encontrar en el Pont de Suert una churrería de las antiguas y en ella, aquellas cortezas de trigo de cuando eras cría. Levantarte y ver desde la ventana que la nieve ha cambiado radicalmente el paisaje durante la noche...
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