Aunque nunca llevo reloj soy una de las personas más puntuales que conozco.
A pesar de que utilizo al mismo tiempo agenda de papel y electrónica, confieso ser un desastre para los cumpleaños, celebraciones y aniversarios.
Me cargan la nochevieja, las despedidas de soltera y todavía más, el carnaval.
Creo que en esta vida hay que celebrar cada minuto especial, sin que lo marque el reloj ni el calendario ni los grandes almacenes.
Asi que como esta semana tengo el calendario algo chungo, he pensado celebrar San Juan la noche del sábado. Me bajaré al Aragón con una botella de cava, un saco de besos y alguien especial...
Y el verano empezará, cuando yo lo diga.
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