viernes, 28 de noviembre de 2008

DE MARIDOS Y ETIQUETAS



FHMP me acompaña a uno de los actos sociales de la semana. La organización nos coloca junto a una compañera, jefa de comunicación de una importante empresa a la que, a pesar de haber visto esa misma mañana en otro acto, saludo efusivamente. Le presento a FHMP y en un momento dado, ella se vuelve y señalando a un señor colocado a su lado, indica "Mi marido".


Ni Paco ni Andrés ni Jorge ni Juan.


Ni nada de ná.


Mi marido.


Una entidad abstracta adosada a una persona que le da consistencia y razón de ser. Como Kent, que nació siendo novio de Barbie y como tal desaparecerá un día del universo de los juguetes, sin haber tenido nunca un coche propio ni un caballo ni una roulotte que no fueran de color rosa chicle. El coche, el caballo y la roulotte de Barbie. El novio de Barbie. Kent.


A mi esto de las etiquetas que colocan a una persona en un puesto determinado en relación a otra me ha hecho siempre mucha gracia y lo disfruté sobre todo en los años en que estuve enamorada de un hombre casi 20 años mayor que yo. Observar a los desconocidos hacer cábalas sobre nuestra relación era más que entretenido y confieso que me encantaba el juego de sobreentendidos y malentendidos que se planteaba continuamente. En alguna ocasión, hubo camareros que tras dudar con un "Y su.... su... su.... su....", salían airosos del apuro rematando la faena con un "La señora que tomará?"


Y es que, dejando a un lado la comodidad de la etiqueta "MARIDO", calificar con gracia a la persona con la que mantienes una relación es complicado. "NOVIO" está bien cuando tienes 20 años y estás loca por casarte vestida de blanco, pero a cierta edad no deja de parecer ridiculo. Lo mismo pasa con "MI PAREJA", que suena a aquellos progres de los 80 que se negaban a casarse ni siquiera por lo civil. "MI AMANTE" tiene esa connotación ilícita que hace que pueda utilizarse solo con las amigas de mucha confianza o dicho de otra manera, las que te tapan el lío cuando es necesario. Y "MI HOMBRE" solo se lo he oído a la casera de mi piso allá en la universidad. Y aún me río cuando lo recuerdo.


Así que desde hace años, he optado por presentar a mis parejas por su nombre. Sin más. Porque ellos lo valen. Y porque al fin y al cabo mi vida personal es cosa mía y las explicaciones casi siempre están de más.



10 comentarios:

Alhuerto dijo...

No se que es peor... que te presenten a los demás como "mi marido/amante/novio/rollito/pareja/hombre"... o como "mi churri" o "mi cari". Jajajaja.

Yo también suelo hablar de mis relaciones con su nombre, me pasa hasta con mi ex, cuando hablo de ella o la presento siempre digo "esta es T."

Como mucho, cuando te cruzas con alguien que conoces y presentas a quien te acompaña... dices "es X una amiga" dependiendo del camino que lleves con esa persona claro está.

Poner etiquetas no dan más valor a la persona.

Beso de viernes friolero.

Duncan de Gross dijo...

Jejeje, a mi nunca me han presentado así, el día que lo hagan me liaré la manta a la cabeza, yo utilizo mucho "mi pareja" (y ayer mismamente en la presentación de un artista fue la última vez que una amiga me dijo: Si utilizas "mi pareja", más de uno va a pensar que es rara la relación...),pero coincido con Alhuerto en que poner etiquetas no da más valor a las personas. Un besote y feliz finde!!

CMQ dijo...

pues yo a veces en comentarios pongo "mi pareja" por poner algo, porque para mí no es novio ni marido ni amante ni amigo... es todo eso y mucho más, es EL QUE ME TIENE QUE AGUANTAR!!! jajaja
pero en la realidad nunca me refiero a él como "mi pareja/marido" ni como nada, tiene un nombre (que además me encanta) y es así como le presento, faltaría más.

Beso grande y buen finde, relajaos!!!

Anónimo dijo...

35 años los dos, 13 años de relación, no estamos casados... no existe un término! Es q no existe. Novio? Una coña, amos. Marido no es. Pareja, lo q decís, tan genérico q puede dar lugar a malas interpretaciones.

Lo de "mi hombre" (el meu home), q es horrible tb, es muy catalán ;)

trovador errante dijo...

María, por profesión me alejo de las etiquetas, siempre son un límite. Y si hay que ponelas, hagámoslas más amplias.

Pero también no les doy más importancia, códigos para entendernos, sin eufemismos, que me gustan aún menos.

Lo que cuenta (y a veces cuesta)es entendernos, y a buen entendedor...hay gente que se hace entender y gente que se empeña en lo contrario.

"Si nos cruzamos por la vida, no me preguntes dónde voy...mira mis ojos y adivina, lo que busco y lo que soy" J. Gurrutxaga

Besos sin etiquetas y sin palabras

Rocketon dijo...

Yo me descojono cada vez que escucho lo de "la parienta", ni siquiera mi parienta.
Me hace gracia, me parto la caja.

Anónimo dijo...

Siempre me ha parecido rídículo que me presenten a un hombre como mi marido, ¡¡pues tó pa ti guapa!! Me suena a es mio y no lo toques. A mi FPMP también lo llamo por su nombre que para eso se lo pusieron. Esto también es escusa para cotillear "tu marido ¿es tu marido no?". A mi también me divierte no aclararlo y que se queden con la duda los cotillas. Luego está el asunto de la profesión: Mi vecino el abogado, el arquitecto, la médico, la mujer del juez. Oiga! que en la reunión de vecinos lo que me interesa es saber donde vive, en las del colegio cual es su criatura, etc... Eso aún es más casposo que lo del marido y tengo la impresion de que esto les gusta mucho a los Zaragozanos.
Besos, Porras.

Thalía dijo...

Yo tb llamo a todo el mundo por su nombre, pero algo que me parece más absurdo aún que lo de "mi marido", es lo de "éste", cuando hablas de alguien.

Es que no sabes como llamarle, y le dices éste? No sé, no me gusta.

No me gustan las etiquetas en general, y soy zaragozana, que conste! jeje

Besos

Lupe Montero dijo...

Lo de presentar por el nombre es la mejor opción sin duda. A mí muchas veces me pasa lo mismo pero de otra manera. Te encuentras con alguien, le vas a preguntar por su fulanito y en ese momento ( en mi caso en todos los momentos) no recuerdas su nombre y te quedas bloqueada sin saber como terminar la pregunta, qué etiqueta poner...

cristal00k dijo...

El lenguaje, como los gestos y tantas cosas, sirve muchas veces, como para marcar el territorio ¿verdad?. Cada uno de los términos, le da un matiz diferente a la "cosa".
No es lo mismo decir, mi marido, clara alusión a ni lo mires, si es mujer, o no hay posibilidades, si es hombre...
Y depende mucho del contexto en donde nos estemos moviendo y de la poca o mucha confianza que tengamos con la gente a la que presentemos a nustro FHMP.
Yo también estoy con Alhuerto, depende mucho del camino que se lleve con esa persona, se escogerá un término u otro. Influye también la edad, impensable un "aquí la parienta" entre jóvenes de menos de treinta, aunque tengan su equivalente, en "mi xurri".
Pero tienes razón cuando dices que al omitir el nombre, en cualquier caso, se le da un cariz de posesión.
Es como decir, no importa como se llama, lo que si te importa es que es MI, lo que sea...
¿Sería eso lo que te queria decir tu conocida? y es que los y las hay, territoriales en grado máximo.
Un beso María.