domingo, 27 de abril de 2008

UN YERNO IDEAL


Todos los años por estas fechas, mis padres acuden a una cena multitudinaria en la que con la excusa de la celebración de una fiesta local, se reúnen un centenar largo de matrimonios que rondan los 60. Lo que mi madre me cuenta a la mañana siguiente me permite hacer un estudio sociológico casi científico del estado sentimental de mi generación visto a través de los ojos de nuestras madres.

La escalada comenzó hace unos años, cuando mi señora madre volvió de la fiesta horrorizada porque de una mesa de 20 personas, ellos eran los únicos con hijos sin separar. Normal. Ni por la cabeza de mi hermano ni por la mía ha pasado nunca (que se sepa) la idea de montar ningún numerito similar a una boda. No hay boda, ergo, no hay divorcio. Mi madre durmió tranquila durante doce meses.

Al año siguiente, las cosas empeoraron. El centro de la conversación fueron las malvadas ex mujeres que hacían la vida imposible a los sufridos hijos exprimiéndoles hasta el tuétano con la excusa de los hijos. Dado que no había nietos de por medio, que la perra vivía felizmente para todos en régimen de custodia compartida, que la relación de toda la familia con mi ex era espléndida y que mi hermano seguía sin casarse ni procrear con su novia de toda la vida, mi madre volvió a respirar tranquila.

El año pasado, aquellos hijos e hijas separados habían conseguido salir del pozo y sus madres amantísimas se habían empeñado en rehacer sus vidas costase lo que costase. En aquella mesa se fraguaron alianzas matrimoniales más propias de la época de Jaime I que del año 2007, con tan buena suerte que mi recientísimo descalabro sentimental todavía no era público. Así que mi queridísima madre se perdió la ocasión de buscarme un novio entre los hijos de las amigas. Afortunadamente.

Este fin de semana han vuelto a la dichosa cena. Por lo que me ha contado, parece ser que la estrategia de emparejar antiguos compañeros de colegio ha terminado como el rosario de la aurora. Las ex siguen malmetiendo, la nómina no llega para la pensión y el piso de soltero y los niños, no se aclaran. El caso es que las madres han decidido organizarse y salir a la búsqueda de posibles solteros/as, sin hijos ni ex parejas y a poder ser, funcionarios.

No he querido saber más. Discretamente he cambiado de tema y a la que he podido, he cogido el coche para salir pitando. Creo que tardaré algún tiempo en volver por el pueblo…

3 comentarios:

Amparito dijo...

Me encanta como lo cuentas y me lo imagino perfectamente... pero a algunas madres hasta les sale bien (o eso dicen) ¿has leido el último de Isabel Ayende "La suma de los días" ? Cuenta un poco su vida y la cansamentera icorregible q es...
x cierto q como los habitantes del pueblo se enteren que lo llamas "pueblo" a la Muy Noble Muy Leal Y Muy Vencedora ciudad de... igual te encorren...(Yo creo que tiene mucho de pueblo pero q comparado con los de alrrededor es toda una ciudad)
Besos, todos los posibles
Amparito

Anónimo dijo...

jeje debe ser un puntazo que te busquen novios, claro que el criterio de nuestras madres no suele coincidir con el nuestro!

Maria de Mave dijo...

Gracias chicas.
Que el criterio de nuestras madres no coincide con el nuestro? Uf, pues no se que decir. Mi madre querría para mi sobre todo una buena persona y por supuesto, sin ex mujer ni hijos. Y yo, firmaba ahora mismo.

Y respecto a la Muy Noble y Vencedora que nos hizo a nosotras, bravas jacetanas formar parte de la historia... po zi, es ciudad. Espero que E.V. no se entere o me borrará del censo!!!