La rutina del día a día tiene en muchos de nosotros un efecto demoledor. Nos lleva a pensar que todo lo que nos rodea, nuestro trabajo, la familia, los amigos, nuestra casa, la relación de pareja, está ahí porque sí, que no ha costado nada construirla y que siempre estará a nuestro alcance. De hecho, hay incluso ocasiones en que la rutina se convierte en una especie de bolsa de valores donde nuestras posesiones materiales e inmateriales van perdiendo valor conforme el tiempo pasa y nos acostumbramos a ellas.
Hasta que de repente y por cualquier incidente, la bolsa se desploma. Y llega el pánico. Y con él, recuperamos de repente el sentido común y la percepción real de lo fantástica que es, que era, nuestra vida.
Este fin de semana tuve la primera bronca con FHMP en casi un año. Puestos a ser sinceros, la provoqué yo, sin venir a cuento y abducida por esa especie de ataque de irracionalidad que me domina una vez al año y que me lleva al borde del crack bursatil absoluto. Si, María si, ese. Si él no hubiera sido él, si hubiera sido cualquier otro, la bronca habría terminado como el rosario de la aurora y posiblemente, a estas horas ya seríamos historia.
Pero por algo es FHMP. Y no os preocupeis, que no voy a daros la chapa contandoos lo adorable, dulce, encantador, generoso y perfecto que es (¡joer, si es que ni siquiera ronca cuando tiene catarro!). Solo diré que sus acciones superan en estos momentos, índices históricos.
Y vale, estoy modorra perdida, pero mi lado cafre sigue gozando de una salud estupenda. Querido, va por tí. Por cierto, os he dicho que también tiene un sentido del humor magnífico?, jejejejejejejeje....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Ay, a veces pienso que esa vena broncas e inherente al ser humano. No te pasa sólo a tí, hay veces que explotamos con alguien querido sin motivo para hacerlo, es como si estuviéramos enfadados con el mundo y culpáramos a esa persona de todo... Menos mal que esos "explotíos" sólo suelen darse con personas muy muy cercanas que saben que realmente las queremos y, nos aguantan lo que hagamos...
Que afortunados cuando tenemos a estas personas cerca ¿verdad?
Buena semana
Qué suerte hija!!
Qué te dure
Un besito
Y consiguió q te desenfadaras? Pq entonces te confirmo q es "el elegido".
Encantadores, generosos, dulces, etc. haylos. Pero q sepan desenfadarte en el acto... eso y sólo eso es lo definitivo.
Hola Lupita, me alegro de no ser la única. Cuando me vuelva a pasar, te citaré, jajaja.
Gracias Labegue. A ver, a ver.
En realidad, Katanga, lo único que hizo fue explicarme como se sentía él cuando yo le obsequiaba con uno de mis "broncazos preventivos" y me sentí tan sumamente avergonzada que... bueno, pues eso.
"lo único", como tú dices, tiene mucho valor. O yo se lo doy. Lo normal, o al menos lo q a mí suele pasarme, es q no sólo no consiguen q entre en razón y admita q, quizá, tal vez, a lo mejor, me haya excedido, sino q en un alarde de torpeza me van calentando más y más hasta conseguir q la cosa cobre dimensiones épicas.
Por suerte, no suelo enfadarme, pero cuando lo hago me dura pq me jode sobremanera y sé q existen formas de evitar llegar a esa situación pq una vez conocí a alguien q sabía hacerlo. Era infalible.
Jajaja, este post se me habia pasado, lo habrias escrito cuando he estado vagueando por ahi... La verdad es que conozco esas "venas" de primera mano, jajaja, y refirmo lo que dice Lups...jajaja
Viva la mala ostia y los momentos broncas!! jajaja.
Y es que haberlas haylas por naturaleza. Lo importante e interesante es saber hablarlas, entenderse aunque sea en una discusión y poder llegar al reconocimiento y luego ese momento sublime de la reconciliación. jejeje.
Tampoco es para tanto FHMP, todos somos así.
:P
Besos.
Publicar un comentario