martes, 8 de julio de 2008

SEXO VERANIEGO


Mis sexologos de cabecera divagaban hoy sobre el sexo veraniego, sobre si el calor nos pone o no más modorros y de cuales son las causas de este "calentamiento global" que de una forma u otra parece que afecta a todo el planeta y por supuesto, a nosotros los planetanos.

Que en verano dedicamos más atención al sexo es indiscutible, quizá porque tenemos más tiempo libre o porque la programación de las televisiones hechas de restos de serie comprados baratos en la feria del año pasado deja pocas opciones. Claro, dirán algunos, siempre queda leer. Pero para desmentirlos ahí están los indices de lectura que llevan años cayendo en picado.

El verano se presta a las siestas eternas en penumbra, a las madrugadas de rollos locos con casi desconocidos (y a veces, cuánto mejor que lo fueran) y a las encerronas de fin de semana en la casa rural de Castrocristo de abajo, donde excepto contar moscas no hay nada que hacer. Por cierto, un día de estos voy a emprender la dura tarea de catalogar la cantidad de hoteles rurales con jacuzzi que hay en las provincias de Soria, Guadalajara y Teruel. El índice es incomprensible.

Pero además de todo esto, verano y sexo van unidos a una serie de tópicos absurdos que perduran década tras década en el inconsciente del español medio. El polvo en la playa (con lo incómoda que es la arena y lo que pica), el rollo a escondidas de la suegra en la mesa de su cocina (cuando lo más probable es que te pille y si lo piensas, tampoco compensa), el lío con el camarero alemán del chiringuito de abajo (que posiblemente sea de Cuenca, pero es rubio y habla raro)...

La lista de tópicos sexuales veraniegos es interminable y lo peor es que aunque el tiempo pase, la puñetera lista vuelve año tras año, como vuelve la canción del verano, el vino con gaseosa o el gazpacho en tetrabrik.


1 comentario:

Lilyth dijo...

Yo no conozco muchos tópicos del sexo veraniego, por que en mi país la temperatura no cambia tanto. Eso si, estoy convencida que para cuestiones prácticas, la mejor estación sería el invierno, así podrías dormir enroscada buscando calor, tratando de olvidar la temperatura ambiente. jajajajajaj