martes, 27 de mayo de 2008

ADICCIONES

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Mi vecino de despacho está dejando de fumar y anda todo el día como alma en pena avisando ya de lejos de su mala leche. El muy oportuno ha decidido dejarlo justo en la peor época posible, aunque siendo sinceros, en este curro no hay dia bueno.

El caso es que como nunca he fumado, me he puesto a darle vueltas a mis posibles adicciones y una vez abandonada la que me tuvo absolutamente colgada durante casi cuatro años y que tenía nombre, apellidos y canas, la verdad es que se me ocurren unas cuantas:

1. LA BLACKBERRY. FHMP que se lo toma con humor, dice que soy una rara versión femenina y radical del Homus Tecnológicus y no puedo menos que darle la razón. No puedo vivir sin darle a la bolita, sin comprobar los correos y sin hacer fotos a diestro y siniestro. No he llegado al punto de llevarmela a la cama pero si confieso que es lo primero que miro cada mañana y lo último que reviso antes de irme a dormir.

2. EL PAPEL IMPRESO. Periódicos, revistas, suplementos, coleccionables... Me da igual el "Hola" que "Cinco Días", el "ABC" o la revista del Colegio de Ingenieros de Montes. Según llego al curro por la mañana, me lanzo sobre los periódicos antes que sobre el café, aunque a veces no pase ni de las portadas. Estoy suscrita a unas cuantas publicaciones y acumulo suplementos que jamás tendré tiempo de leer, pero me tranquiliza saber que están ahí por si un dia me rompo un pie y tengo que hacer reposo.

3. EL CHOCOLATE CON PASAS QUE VENDEN EN EL LIDL. Ese, no otro. Porque he probado siete mil marcas y no es lo mismo. A saber que el echan, pero el cielo debe ser parecido.

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4. LAS CAMISETAS NEGRAS. Y en esto, soy más que radical. Me pasa como a Lina Morgan, que tengo el negro, si no el negro, además el negro y finalmente también el negro. De manga larga, al codo, corta y tirantes, de algodón, lycra y lino, cerradas y con escote... Juro que he intentado comprar camisetas de otros colores, pero no hay manera.

5. EL CAFE DE LAS DIEZ Y MEDIA DE LA MAÑANA, con el que doy la hora mejor que un reloj atómico. Intento cuadrar las reuniones para quedarme libre a esas horas y si alguna se alarga más de la cuenta, mis tripas empiezan una rebelión ruidosa que me deja en evidencia hasta que algún alma caritativa decide que ya es hora de terminar.

Y por supuesto, el BLOG. Y más que el blog, vuestras entradas.

3 comentarios:

Amparito dijo...

Ayer estabas inspirada (esperamos la segunda parte ansiosas) y hoy tambien...
Yo acabo de hacer una cura de una semana para comprobar el grado de adicción que tenía a mi blog y sí... tengo que reconocer q el sindrome de abstinencia ha estado presente. Pero lo pones en la balanza y si compruebas q te dá más que te quita... acabas aceptandote con adicción incluida.
Besos y tranquila que lo tuyo tiene cura

Anónimo dijo...

Por el tiempo en el que estamos,supongo que ha obviado la adicción invernal al enorme tazón de chocolate a las nueve de la noche en elegantes bares de emperifolladas septuagenarias con abrigo de pieles.

Tazón con el que luego,por cierto,no había un Cristo que pegara ojo.

Maria de Mave dijo...

NOEMPUJESEÑORA, la verdad, llevo la tira sin comer chocolate. ¿será por eso que estoy de tan mal humor ultimamente? jajaja.
A ver si llega el otoño y repetimos.
besos.