domingo, 25 de mayo de 2008

CUENTOS DE NIÑOS

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- Lamentable.

Lo dijo FHMP nada más terminar la proyección de "Indiana Jones y la calavera de cristal", en un cine abarrotado en el que por cierto, a pesar de ser estreno, no sonó ni un solo aplauso.

Lilyth me preguntaba el viernes por el público de la película y como era de suponer, estaba formado mayoritariamente por grupos de tíos de treinta y tantos con gafas y la huella de la consola todavía en los dedos. Lo se porque se las ví cuando soltaban los vasos de coca cola y las palomitas en tamaño súper.

No se si estareis conmigo chicas, pero me cuesta mucho imaginar que si llevaran al cine "Candy, Candy", las aventuras de Los Cinco o aquellos tebeos de Esther que consumíamos en nuestra primera adolescencia, nosotras acudiríamos en masa a los cines a reencontrarnos con los héroes de la infancia. Claro que nunca se sabe. Aún recuerdo el shock que me produjo encontrar una noche sábado al volver a casa, en un zapping a las tantas de la madrugada a los personajes de Candy Candy, en una peli porno duro de dibujos animados. Y si, lo se, se llama hentai. Pero para mí, siguen siendo un recuerdo de infancia, y verlas en una cama redonda dale que te pego, aún me tiene conmocionada.

Lo más gracioso de todo esto es que habitualmente cuando conoces a un tío que recuerda uno a uno los nombres de los bichos de La guerra de las galaxias y ves lo bien que se entiende con tu sobrino de ocho años hablando de videojuegos te provoca ataques incontrolables de ternura. "Es adorable", dices babeando como una tarada. Lo malo es que conforme pasa el tiempo, ese "tipo especial, tan distinto a todos los demás" termina mutando en una especie mucho más común y corriente, el inmaduro de a pie, del que están las calles llenas.

Pero lo cierto es que, si os soy sincera, la cara que chasco que se les quedó al 95% de los espectadores de aquel cine el viernes por la noche, me dio hasta pena. Me temo que muchos Peter Pan fueron expulsados del País de Nunca Jamás aquella noche... Y menos mal que también en aquel cine, había muchas Wendys dispuestas a consolarlos.
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1 comentario:

Lilyth dijo...

Maria, desde mi punto de vista el asunto es muy simple, te venden nostalgia en cómodas cuotas de dos horas, lo suficiente para que no empalague, te hacía la pregunta el viernes porque en el caso de que sea un éxito de taquilla (que al parecer la tiene difícil) quería comprobar que será por los viejos y conocidos televidentes, puesto que el actor que hace de nexo para las nuevas generaciones no salio muy bien parado de los Transformers. Se veía venir, el público en todas las salas me parece tendrá características similares.

Creo que el negocio de la nostalgia maneja al mercado femenino de otra manera (o viceversa) porque si bien a nosotras no nos llevan a la gran pantalla a nuestros compañeros de niñez (nótese la diferencia con el héroe de la niñez) es porque nos venden directamente el antiguo... pero remasterizado, Candy, Heidi, Marco, y un largísimo etc. Esto podría estar definido por los mismos motivos que impulsan a una niña a pedir a sus padres que le lean el mismo cuento una y otra vez. No lo se.

Al contrario tuyo, yo si fui fan de Indiana Jones (lo declaré una semana atrás en mi post sobre el Negocio de la nostalgia jijij), crecí enamorada de su torpeza (claro, tenía ocho años) pero no tengo muchas ganas de ver esta parte de la saga, creo que Harrison Ford se ve mas hermoso en mis recuerdos... en parte me siento como uno de los fans del libro “Queremos tanto a Glenda” de Julio Cortazar jajajaja