El amor es la hostia, pero engorda un huevo.
Me refiero a "un huevo" como medida universal, esa que todos entendemos a la primera y que no deja lugar a dudas. El huevo de gente que hay en la Expo, el huevo que te han costado los zapatos nuevos o el huevo de curro que te espera por perder el tiempo alimentando el blog. En definitiva, un huevo.
Antes, cuando estaba en el mercado, apenas paraba en casa. Comía cualquier cosa y cuando volvía por la noche después de echar tres cañas me iba a la cama directa. Como vivía sola, compraba lo justo para ir tirando y mi nevera parecía Siberia en navidad. Si salía al campo era a machacarme con la perra y el grupo de montaña y cuando quedaba a cenar con amigas era una ensalada y en paz.
Ahora que gracias a Fulanito me he retirado, ceno románticamente al menos seis días a la semana, desayuno como dios manda sábados y domingos y tengo la nevera llena a reventar. Además de besos ha introducido en mi dieta los muffins de chocolate, el Trina de naranja y un vinito bueno para cenar. Y para rematarla, el hombre cocina mejor que Arguiñano. Cuando vamos de campo damos el paseito preciso para justificar la excursión y volvernos a la siesta y entre cines, conciertos y teatros pasamos más horas sentados que de pie. Como además es un caballero, me lleva en coche al trabajo cada mañana y me recoje al salir. Total, que lo más que ando es el camino del despacho a la máquina de café.
Pero lo más frustrante de todo es que en ocho meses no he conseguido que tengamos una bronca. Una de esas gordas, que te tienen tres días cabreada y sin poder comer, los tres días justos para recuperar el tono perdido con tanta cena y dejarte estupenda para la reconciliación. Y si hemos llegado a este punto, yo creo que la cosa no tiene visos de cambiar.
Total, que he pensado apuntarme al gimnasio. Con un compañero de curro, por aquello de que uno tirará del otro y no dejaremos de ir. Pero como llevo desde que terminé el instituto sin hacer más ejercicio que andar por el monte, no tengo chandal ni zapatillas ni nada similar. Así que Fulanito se ofreció a acompañarme a comprar el equipo.
Joer! Hacía años que no me sentía tan idiota deambulando entre los pasillo del Decathlon. ¿Tan difícil es comprar unas zapatillas?
- Me gustan las moradas.
- Eso es una mariconada. No te sirven ni para bajar a por el pan. Toma, pruebate estas que te irán bien.
- 100 euros en unas zapatillas para ir dos veces al gimnasio? Tu flipas.
- Vale, mira estas a ver.
- Son horrorosas con esas rayas de colorines. Pareceré un rapero.
- Las Nike blancas pues...
- No, que son como las que llevaba en el colegio y me dan mal rollo.
- Y las adidas marrones?
- Son muy grandes, me harán patotas.
- A ver estas rojas
- No me pegan con nada
- (grñgñgrñgrñgrñgrñ...)
- Vale, vamos al Corte Inglés.
Total, que en una tarde sudé como en mi vida he sudado probándome todas las zapatillas de las siete tiendas de deportes que hay en el centro comercial y sin decidirme por ninguna.
Así que he pensado que si estiro el tema, entre zapatillas, pantalones y camisetas de sudar, igual ni me apunto al gimnasio y la pasta de la cuota y las zapatillas me la gasto en un vestido que ya tengo ojeado.
Lo malo es que después de la compra frustrada, nos fuimos a cenar....
8 comentarios:
¡Que bien te lo pasas!
Yo voto por el vestido... total no se te nota tanto lo del de deporte o la falta de el... Yo estoy con Iñaki (si, Gabilondo) en que tampoco es tan sano el practicar deporte. Todos los deportistas andan lesionados o lo han estado...
Besos, todos los posibles
Ampa
entre el post y el comentario de amparito me reído un montón, te diré que voy al gym por lo menos tres veces por semana y tengo el kit completo para sudar como una profesional... y hasta el día de hoy no se comprar un par de zapatillas, el resto... lo tengo dominado, pero las zapatillas? Quien las entiende? y los colores? quien las diseña? jajajaja
¿Y si te vas a currar andando? Es más sano y no contaminas
Pues aún te espera lo mejor, cuando llegues al gimnasio pertrechada con tu equipo flamante y aparezca la monitora y las veteranas con su ropa de especilistas que les sienta como un guante. Tú te miras en ese enorme espejo en el que destacas sobre el resto, te devuelve una cruel imagen de novata fofa y torpe. Comienza la clase y no das ni una, todas a la derecha gracilmente y tu plaf a la izquierda pa chocarte con la de al lado. En definitiva una gra cura de humildad.
Ánimo y besos de Porras.
antes de vivir con el que me tiene que aguantar yo era como tú, delgadita, poco comedora, con cualquier cosa me apañaba... ahora hay que tener provisiones de todo tipo en nevera, despensa y armarios de la cocina. Es una faena, pero... está todo tan rico!
Chica, pienso como tú, yo también soy un poco perra para el gimnasio, así que dedícate al shopping y ve andando al curro. Escaleritas en vez de ascensor y poco preocuparse de lo demás.
Besos, maña!!
Hola Cuandomequieras!
que más querria yo que haber sido delgadita alguna vez, jajaja. Mi vida ha sido una continua pelea con los kilos, pero dentro de ella, hay límites, me temo. Y una cosa es ser grande y otra ser enorme... buaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Porras tienes razón. Es lo que más me cruje de todo esto, la hostia que mi autoestima va a recibir de todos los "gimnastas" profesionales. Di que humor no me falta y ya tengo más que asumido que yo no nací para esto. Y si me falta buen humor, haremos lo posible por buscarlo.
Y si, anónimo, podría ir andando. Y no comer chocolate nunca más, y no hacer siesta, y no salir de copas por la noche, y no... y no... y no... pero la vida sería un asco, la verdad. Y si Fulanito me lleva en coche, pues oye, por ir con él un ratillo más, voy a donde haga falta.
Di que si, Lilyth, que hay que tomarse esto a risa. Y Amparito, no veas como agradezco tu ánimos, jajajaja. Mejor me iba hace unos años, con la matada de monte que me pegaba con la perra.
Besos a todos y buen fin de semana.
Yo sólo tengo una pregunta ¿tu fulanito tiene algún hermano así como él que estuviera dispuesto a llevarme y traerme del trabajo, que no discutiera, y que encima supiera cocinar? Por favor, que lo tenga, que lo tenga...
No, Lupita, hermanos no tiene. Y creo que primos tampoco... pero si me das un poco de tiempo tengo yo un montón de amigos casaderos estupendos, jajaja.
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